choca contra mi rostro y acaricia mis sueños (sé que te agradaba también ..)
Pienso en lo mucho o poco que pude hacer
para sostener entre mis manos
aquella bóveda celeste
que nos fundía en la inocencia.
Sin pensar en el mañana,
aún considero que fue bueno
darte todo
sin pedir a cambio nada.
Aún puedo sentir
el espíritu del viento
hinchando las velas
para enfrentar el tiempo y las tormentas.